lunes, marzo 27, 2006

De Bacán a Linyera

Aquí me pongo a cantar… al compás de la vigüela…
la vigüela de Silvio Rodríguez, que suena de fondo mientras me dispongo comenzar este nuevo relato.

Jueves a la noche. Student Night en Eindhoven. Salen de sus escondites las cachorras.
A tal efecto, y habiendo tomado conocimiento de las condiciones imperantes, se armó una fuerza de choque latinoamericana.

Componentes argentinos: uno (el que suscribe).
Componentes bolivianos: uno (Nico)
Apoyo moral y psicológico: Euge
Resultados: positivos, aunque muy modestos.

Los jueves se caracterizan por un promedio de edad bastante bajo, por lo que hay que elegir el lugar muy cuidadosamente para no sentirse en un jardín de infantes (no estaré viejo, che?). La gente (bueno, las minas) muy buena onda. Teniendo en cuenta que a las holandesas, a diferencia del resto de los países del mundo, no les divierten demasiado los extranjeros, ya es mucho decir.

Los sábados la gente es más grande, y la calle de los bares se llena más que los jueves. La onda es distinta. Parece que las chicas más entraditas en años tienen más incorporado el: “Ah, pero entonces no sos holandés?... rajá de acá, paspao…”. Pero no seamos demasiado terminantes con las clasificaciones, todos tenemos buenas y malas noches.

Ooooootro tema…..

Despacito se va estableciendo la costumbre del mini turismo los fines de semana. En esta edición: Den Haag (o La Haya, pa’ los menos entendidos en el jeringozo que se habla en estas tierras).

Después de varias idas y venidas el viernes a la noche, la decisión se inclinó hacia el lado de La Haya. El otro contendiente, que venía a la cabeza durante la semana y cedió su lugar amablemente ya entradita la noche: Bruselas, en Bélgica.

Salimos tempranito, apuntando al tren de las 9:09.
"Dos tickets a Den Haag Central, por favor. Ida y vuelta. Sí, tenemos la kortingcard (tarjeta de descuento, una de las palabras preferidas por los holandeses, que sigue de cerca a gratis, que de casualidad se escribe igual que en castellano)".

No sé por qué tipo de promoción, nos dieron un upgrade a primera. Nosotros chochos, aunque la diferencia es casi imperceptible, pero no hay mejor manera que empezar el día como un bacán.

Después de una hora cuarenta de tren, siestita mediante, llegamos a destino. Y ahí pelé la camara y empecé a disparar (debo confesar que estoy derivando lentamente en un ponja sacafoto, pero todavía aguanto).

Como alguna vez comenté, acá toooooodo el mundo anda en bici. Una práctica muy utilizada es ir a la estación en bici, atarla y tomarse el tren. Las hay de todos los tamañoa, colores y precios. Algunos prefieren pagar unos manguitos y dejarlas en un estacionamiento privado, a veces bajo techo y con varios niveles. Otros las dejan a la buena de Dios y una buena cadena. Y así se generan vistas como la siguinete.


Ahicito nomás, enfrente de la estación, una plaza llena de tulipanes que, todavía tímidos, anunciaban la llegada de la primavera.

Primera parada obligatoria, lleguemos donde lleguemos, la VVV (que es la oficina de info para los turistas). Ya con un mapa en la mano y una mini reseña de lo que es la ciudad, todo empieza a tomar color.

Caminamos mucho. El resultado, esta seguidilla de fotos:

Iglesia dentro de una especie de municipalidad, legislatura, ministerio.... una mezcla de todo, que se ve de afuera en al foto de más abajo, sobre la derecha.

De ahí, emprendimos nuestro camino a la costa. Queríamos ver el Mar del Norte.

De camino, como no nos teníamos que desviar demasiado, pasamos a hacer un recadito que me había pedido un amigo. Abajo me tienen, empezando un piquete en frente a la Corte Internacional de La Haya. ¿Viste Nestor que no te iba a defraudar?.

Las gomas no se ven porque la foto salió cortada. ¿O se habrán creído que pararon la construcción de una de las plantas porque sí?

Como 3 km después, en los que paseamos por unos parques parecidos a Palermo, pero más agrestes y cuidados, llegamos a la costa.

Obvio que fuimos a tocar el agua. No era cosa de creernos que estaba realmente fría porque sí. La verdad que estaba helada, y aún así, la playa estaba llena de pibes haciendo windsurf y kite.

Caminamos un buen rato por la playa, hasta un extremo, donde está la entrada al puerto. Nos subimos a la escollera y, oh sorpresa, sacamos más fotos...

Last but not least, la parte que motiva el nombre del relato.

Por pura casualidad, caimos en La Haya el día en que se organizaba una media maratón, que evidentemente era muy popular, porque la ciudad estaba llena de gente dando vueltas, disfrazada de corredores. Tuve que presenciar el penoso espectáculo de las calzas... TODOS tenían calzas, minas, tipos, gordas, flacas, pendejos, viejas... Como todos sabemos, tan sólo un muy pequeño porcentaje de la población es digno de ver en calzas (creo que no necesito ahondar más al respecto).

Estaba fresco, y la gente estaba abrigaba mientras esperaba la largada. A un instante de empezar, se sacaban todo y LO DEJABAN TIRADO EN EL PISO!!!!

Nosotros no nos avivamos de este detalle hasta cuatro horas después de la largada, cuando pasamos por el lugar de camino a la estación. Lo primero avistado fue una remera.

"Mirá Euge, algún nabo se olvidó la remera. UY! ¿y eso? ¿Es un polar?" Sí, era un polar, y no estaba solo. Lo levantamos, lo miramos. Está intacto, y además está bueno. Levantando la vista, pudimos ver muchas otras prendas que estaban en la misma situación, y sin decir más, comenzamos a recorrer esta suerte de shopping linyerístico.

Tras una pasada rápida, ya era el feliz poseedor de dos "nuevos" polars y un saco bastante piola.

Y hacia la estación nos dirijimos, con una bolsa llena de ropa sucia. Pero eso sí, a la hora de viajar... sólo en primera!!!

PD. De acuerdo a nuestra idiosincracia, no hay manera de entender cómo estaba todo eso tirado ahí. Primero, nunca se nos hubiera ocurrido tirarlo, y segundo, cuánto puede durar algo así en BAires, 2 minutos?

miércoles, marzo 22, 2006

La la la la la Gomes.... Gomes....

Situación:

Segundo día de clases (martes de la semana pasada). Entro a la cocina, en el pasillo donde dan las oficinas que tenemos en la universidad los pasantes/estudiantes del programa.

Hay un par de sillones, una mesa, una heladera, microondas, cafetera... en fin... toda la parafernalia necesaria para prepararse algo para tomar, guardar un tupper con comida y lavar un plato. Además del pasillo mismo y de la sala de computadoras, suele ser uno de los lugares de charla en los que nos solemos juntar cuando estamos sin nada para hacer (o sin ganas de hacer nada, que termina siendo prácticamente lo mismo).

Entro, y hay un par de compañeros holandeses charlando (obviamente en holandés). Joep y Paul. Me miran. Se ríen. Yo no entiendo nada. Me acerco... y de repente:

"La la la la la la la la la la, Gomes, Gomes...... la la la.......", cantando los dos a dúo.

Ahora entiendo menos. Ellos se ríen más. Otra canción... o será que sigue la anterior?

Recién ahora me explican. Se suma alguien más.

Claaaaaaro, es que estamos en Eindhoven, y acá son todos re fanas del PSV. Y resulta que en el PSV juega un arquero que, además de atajar muy bien (o por lo menos eso me dicen), tiene amplias dotes histriónicas, rozando lo payasesco. Antes de cada tiempo, hace a modo de calentamiento (y muy esperado show) una rutina con saltos, corriendo de un lado al otro del arco al son de un "OOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHH" de la tribuna. Y los Eindhovenses enloquecen. Y lo coronan con lo que él estaba esperando.... "La la la la..... Gomes, Gomes....."

Su nombre: Heurelho da Silva Gomes







Así que ya tengo canción. Durante la primer semana y la fiesta del viernes, fue furor. Cada vez que nos cruzábamos empezaba el "la la la ....".

En la fiesta se organizó un coro a tal fin. Empezó Jou, desde la otra punta del lugar. Yo, entretenido en no sé que otra cosa " ... ", no lo escuchaba.

Se sumaron un par más. Yo... seguía en la mía (había música). Se suma Euge, empiezan a sonar los Fabulosos Cadillacs, no sé que canción. Y de repente, son como 8 personas cantando a grito pelado una versión ad-hoc de la canción de Gomes, al ritmo de los Fabulosos. Me doy cuenta, me río. Ahora pueden descansar tranquilos, y tomarse otro trago de cerveza.

A verrrr, quién tiene una canción como yo, eh? Eh? Es que soy un tipo tan popular...

"Ay ay ay ay, a lo puto del Ajax lo vamo a matar...."

domingo, marzo 19, 2006

Nuevo domingo, nueva historia. Y qué historia!!!

Antes que nada quisiera corregir un comentario que hice la semana pasada sobre Holanda y sus mujeres... Me retracto públicamente de los dichos efectuados.

Las mujeres en Holanda no son feas... simplemente existe una elevada concentración de las menos agraciadas en donde vivo yo. Digo esto a partir de el viaje que hicimos hoy con Euge a Amsterdam, en donde está lleno de minas como la gente. Pueden haber ocurrido 3 cosas:
  1. Holanda ya me venció y mis estándares bajaron... (el ya conocido efecto ITBA),
  2. Amsterdam está lleno de turistas... y ésas son las minas que ví, o
  3. en Holanda hay una distribución de belleza peor que la distribución de riqueza que tenemos en Argentina.

Sea como sea, hoy estoy en mejores términos con las tierras de mis antepasados.

Dicho lo importante, podemos proceder a relatar los acontecimientos semanales.

Bicicletas:

Somos los felices propietarios de dos nuevas bicis a todo trapo que, además, nos van a terminar saliendo gratis. Todo nace a partir de que los holandeses tienen (o ahora tenemos) muchas vacaciones. Tantos días al año les corresponden (43 días HABILES), que suelen venderle a la empresa algunos días al año para cobrar unos mangos más.

Además existe una especie de subvención por parte del gobierno, por la cual te pagan más plata por cada día (hasta 5) si utilizás la guita para comprarte una bicicleta (se llama el bycicle sheme).

La cuestión es que cambiamos los días, agarramos los dos fierros viejos que habíamos adquirido la semana anterior, los utilizamos como parte de pago, y nos compramos dos bicis espectaculares. Y como acá es deporte nacional afanarse las bicicletas, y las nuestras cuestan un monto en pesos que da vergüenza contar, las aseguramos por un lapso de 2 años (con ese costo también a descontarse de la guita de los días).

Abajo mi fierro nuevo, tiene todos los chiches. Sabían que acá las bicis se venden por tamaño? Hay S, M, L... Yo me compré un XXL

Facultad y amigotes (fútbol y fiesta):

El lunes pasado empezamos la facu. Toda la gente muy copada, de muchos lados del mundo: Bolivia, España, Holanda, Etiopía, India, Paquistán, China, Rep. Checa, Polonia... to name a few.

Desde el vamos, buena onda, interés por quiénes éramos y muchas ganas de ayudarnos, contando sus experiencias anteriores. Que hacer, qué no, quiénes eran importantes, cómo hacer con los libros...

El viernes a la tarde se organizó un partidito de fútbol con los muchachos, y dado mi efusivo amor por la redonda (y sorprendente habilidad con ella), no pude evitar participar. Se jugó a las 5 de la tarde, por lo que nos escapamos un rato antes de la facu. Pocas veces me cagué tanto de frío.

A la noche, Nicolás (remera celeste en el medio de la foto) organizó una festichola en su casa. Motivo: todavía seguimos buscando alguno, pero estuvo muy buena. Este chico comparte la cocina con varios deptos más, y sus vecinos se coparon e invitaron a sus amigos también. Resultado: una mezcla de gente de todo el mundo, de diferentes edades y carreras con ganas de divertirse. Mucha birra, vino, oporto, fernet de Rep. Checa (medio raro y más clarito) y una grappa de Eslovenia que te partía la cabeza... lo mejor de todo es que volvemos a casa en bici.

Y nada de heladera. Un carrito de supermercado lleno de botellitas y latas, localizado estratégicamente fuera de la ventana del depto, cumplía la función de maravilla (seguía el fresquete).


Rugby

El miércoles fui a entrenar con el equipo de la facu. Me divertí, aunque hacía más de 6 meses que no hacía deporte en serio, y el fresquete lo hizo más complicado aún. Lo más raro de todo fue que los entrena una mujer. Si si... una mujer. Hubo quilombos con el entrenador anterior, y renunció, y esta chica era la única más o menos capacitada.

A decir verdad, los muchachos del equipo saben bastante poco de todos los aspectos del juego, en general hace poco tiempo que juegan, así que les saco muchos años a todos. Cuando me meta a entrenar en serio, a principios de abril, voy a tener que enseñar un par de cositas respecto al scrum, y seguramente a varias situaciones de juego. No es que yo sepa demasiado, pero para corregir algún error o para hacer sugerencias muy evidentes, estoy capacitado.

No pictures about that, sorry... Pero prometo sacar alguna si juego algún partido. Todavía tengo que sacar la tarjeta de deportes de la universidad (si la saco hoy, sale 54€, si espero hasta el primero de abril... baja a 20€.... hmmmm... no sé que hacer... jaja). También hay que afiliarse a la unión de rugby de acá, que también sale unos mangos... ya veremos cómo resulta.

Nuevos Horizontes

Sábado... Día de orden y limpieza. Not my kind of day, pero necesario.

Apenas nos levantamos, enfilamos pa' la feria que se hace todos los sábados en un estacionamiento / plaza del lugar. Venden de todo, desde ropa hasta comida hecha, desde celulares hasta flores. Entre los artículos más útiles adquiridos durante la jornada se cuentan una almohada (me habían dado una porquería chiquita con el depto), un par de guantes y una plantita para darle algo de vida al lugar. Como no estoy nunca, y probablemente no me acuerde de regarla lo suficiente, me compré un cactus. Ya no estaré más solo.. snif...

Habiendo vuelto de la feria, y ya con la panza llena, decidí emprender la maratónica tarea de ordenar y limpiar mi casa. La foto de abajo me muestra sonriente, justo al momento de empezar a planchar. Antes de seguir, vale aclarar que fue mi primera vez sin "la supervisión de un mayor". Pobre iluso... muy pronto se me borraría esa sonrisa socarrona con las primeras pasadas de plancha.

Después de un rato laaaargo, me di por vencido tras haber "planchado"(si es que se le puede llamar así a lo que hice) dos chombas y un jean. Nada quemado, es una buena manera de empezar.

Hoy en casa me espera una nueva tanda de ropa para lavar, y entre la pila amenazante de ropa ya lavada, hay dos camisas que ya deben estar regocijándose de lo mucho que me van a hacer sufrir.

Amsterdam. Frula, putas y el Che Guevara.

Llegamos ya casi al cierre de la semana y el relato. Sólo queda comentar el viaje que hicimos ayer a Amsterdam (donde se produjo mi reconciliación con Holanda).

En total, nos habremos quedado unas 8 o 9 horas. Fue un día bastante cansador, pero valió la pena. Lo aprovechamos muy bien.

Me encantó la ciudad. Los canales y la arquitectura le dan un toque único. Es muy agradable caminar por las callecitas más angostas, pasando por los diferentes puentes. Las vistas desde los canales mismo, es impagable.

Lo primero que hicimos fue un tour en barco por los canales. Te pasean por la parte vieja de la ciudad, te muestran algunas cosas notables, te cuentan cuentitos... La lancha, una especie de colectivera del tigre, pero del primer mundo.

Después de unas largas caminatas y una reconfortante pizza, enfilamos para la casa de Ana Frank. Fue una visita muy emotiva. Más que recomendable para todos los que pasen por Amsterdam.

Me imagino que ya habrá un par de cosas por las que se estarán impacientando por saber:

A diestra y siniestra, por la mayoría de las calles, aparecen los famosos Coffe Shops, de los que tanto se habla, donde se vende marihuana, hongos y alguna que otra soft drug. Varios con nombres alegóricos, que evocaban a Bob Marley, The Doors, Pink Floyd... otros con muñecos en al puerta, un motivo muy repetido era el aliens fumanchines, y de enanos con cara de degenerados, comiendo honguitos.

De los tantos que vimos, el de la foto nos pareció uno de los más divertidos, con las simpáticas plantitas asomándose a la ventana. Será como esos restaurantes de mariscos, en los que se puede elegir la langosta que te vas a comer de una pecera?

Abajo, un kit del estilo "Hágalo usted mismo!: Cultive su propia marihuana". No serán más copadas para tener en mi depto que mi cactus?

Lo más sorprendente que tuvo nuestro próximo destino, fue que no lo hicimos al principio de todo. Pero claro, viajé con Euge. Si hubiera venido a Amsterdam en mi viaje de postgira de rugby, cuando anduvimos de mochileros con el Negro Estarriaga y un par de personajes del club, La ZONA ROJA, hubiera sido nuestro primer destino.

Debo decir que en las vidrieras había un par de exponentes interesantes paraa tener en cuenta, y otros, que es mejor olvidar... De todos los gustos y colores. Y entre vidriera y vidriera (si a alguien le interesa poner su pequeña empresa, hay varias en alquiler), los sex shops donde se puede comprar toda clase de juguetes, algunos de los cuales lleva un tiempo entender cómo y para qué se usan ,pero siempre es bueno ejercitar la imaginación y utilizar un poco de pensamiento lateral (qué sería de mi vida sin el libro de Qüerio...).

Entre los micro emprendimientos de las mencionadas señoritas (y algunas señoras) también aparece de vez en cuando una señora empresa: cabarulos y puteríos puestos a todo culo.

Otra cosa que abunda en Amsterdam son los negocios de regalos, souvenirs y boludeces varias. No hubo uno en todos los que entramos en los que no encontráramos alguna cosa con la cara del Che Guevara. Gorritos, remeras, encendedores, alfombritas para la entrada, tacitas... para tirar para arriba. "Revolución!", decían algunas.

Junto con el alien porrero y Bob, integran el top three de las preferencias del consumidor fumanchín.

Ma' que porros ni putas!!! Vamo' la birra, vieja!!!

Durante tanta caminata, encontramos un bar buenísimo en una callecita angosta. Nos empujaban (mejor dicho me empujaban) unas desesperadas ganas de tomar y comer algo. La idea original era un café con leche, un par de medialunas, algo apropiado para las 5 o 6 de la tarde. Pero se nos ocurrió entrar a "Belguique". Un vistazo a la carta de cervezas (con una cantidad impresionante de distintas birras), me hizo cambiar rápidamente de opinión.

Aquí me hallo a punto de disfrutar mi "La Chouffe". Muy conveniente para la foto que el apoyavasos fuera de la misma marca.

Pero todo concluye al fin, y a eso de las 8 enfilamos para la estación para volver a casa. Nada mejor para terminar el día que un rico "Fricandel" y una siestita.

En Holanda se suele almorzar muy liviano (ergo, me cago de infeliz todos los días en el bar de la facultad): una sopita y un poco de pan, algún que otro sandwichito o este tipo de porquerías fritas como el Fricandel (un tipo de salchicha, muy especiada, con una costra crocante en vez de piel).

Una práctica común para los tipos, es llevar su propia bolsita de pan lactal (en el bar te lo cobran), comprarse un bol de sopa (el más chico, obvio), y un paquetito de manteca o rodaja de queso. Y ya está, tiene el almuerzo solucionado, por menos de 0,50€.

En el resto de Europa suelen tildar a los holandeses de agarrados. Hmmm... I wonder why...

domingo, marzo 12, 2006

Bicis, rugby y tango. Flor de cocktail.

Domingo 12 de marzo.
Mañana empezamos las “clases”. Digo así porque por lo que veo, vamos a tener que pasar mucho tiempo estudiando solos en esta primera etapa de nivelación (hay que tener en cuenta que entre mis compañeros va a haber economistas, ingenieros, analistas de sistemas, etc., y vamos a tener que estar todos en la misma sintonía para laburar juntos).

Hubo varias novedades desde mi última entrada, aunque no pasó mucho tiempo. Así que procedo a comentar.

Tema 1: Bicicletas.
Holanda es el país de las bicicletas. Hay más bicis que gente, y todo está preparado para moverse de esa manera. Hay carriles especiales (bien hechos y separados de la calle y la vereda, no como la payasada que quisieron instaurar en Buenos Aires, en algunas avenidas), en las veredas de las calles principales hay fierros para atarlas, e incluso hay grandes estacionamientos para bicis en la estación, la facultad, etc.

Obviamente, y para no ser menos, con Euge decidimos que necesitábamos hacernos de un par. Fue en una noche de poker en lo de unos amigotes nuevos, que supimos la de la posibilidad de encontrar en el garage del edificio (tienen todos una gran baulera para guardar las bicis) alguna sin candado que hubiera dejado algún estudiante que hubiese vuelto a su país. Dicho y hecho… dos inocentes bicicletas estaban esperándonos. Eran viejitas, estaban desinfladas y hasta bastante desvencijadas. No nos importó y pasaron a formar parte de nuestro patrimonio holandés.

Estaba tan contento que casi no me importó tener que dormir completamente vestido porque a la caldera se le ocurrió dejar de funcionar… y hoy se viene la segunda….

La cuestión es que aunque me había acostado tarde y después de disfrutar de unas buenas cervecitas locales (siendo propiamente instruido al respecto, obviamente), me levanté a eso de las 10 de la mañana y salí muy decidido a comprar un inflador y un candado para nuestras potenciales soluciones de movilidad en Eindhoven.
Iluso de mí. Era domingo, y los domingos los muchachos holandeses no trabajan. Pero no es que haya poca actividad y abran la mitad de los negocios. No no. Todo GESLOTEN (cerrado).


Cri... Cri... Las fotos no me dejan mentir. Domingo 11 de la mañana. Nadie en la calle peatonal del centro (una onda Florida)

Nada que hacer... sosinho, me fui a caminar. Rumbo: la cancha de rugby donde debería estar jugando el equipo de mujeres de la facultad. Pero dejemos esto para más tarde y centrémonos en las bicis…

En algún momento de la tarde me hice de un inflador, gracias a nuestra nueva amiga italiana Catherina. Inflamos las bicis, bah, bicis… Una se defendía bastante, pero la cubierta de adelante no quería quedarse en la llanta, y el intento duró 5 cuadras. La otra, toda doblada, hacía un ruido de locos y tenía mucho juego en los pedales y el piñón de freno a contrapedal. En cuanto consiga un par de pinzas, le pongo la rueda de la segunda a la primera y pasamos a tener, al menos, una bici potable.

Tema 2: Rugby.
Mi plan del día incluía ver jugar a quienes van a ser mis compañeros de equipo cuando me decida a empezar a entrenar. Jugaban el último partido de la temporada y yo quería ver qué tal eran. El partido era a las 14:30, y como estaba al pedo desde más temprano y sabía que las chicas jugaban 11:30, enfilé pa’ la cancha.

Muy lindo el club, pero adivinen… VACÍO!!!! Así que me quedé sin rugby. Por suerte más tarde enganché por la tele (gracias al muy oportuno aviso de Fede Chayé) el partido de Inglaterra y Francia por el seis naciones. La paliza que se comió Inglaterra...

Como me enteré por un mail de más tarde, el partido de la facu lo habían suspendido por malas condiciones de la cancha. Con justa razón porque había mucho hielo, cosa jodida si las hay.

Al final hubo un par de mails con los vagos de “Los elefantes” (http://www.stud.tue.nl/~elephant/) , que me invitaban a ir a entrenar MAÑANA!!!! y me agregaban a la lista de distribución de mails. He sido abducido, no hay vuelta atrás.

Tema 3: Tango.

Ya caída la tarde y terminado el partido del seis naciones, decidí probar la milonga que me habían recomendado en Eindhoven. Me calcé la campera, puse los zapatos en el bolso y me fui con mi mapa a encontrar el grupo de locos que se juntaba hoy de 4 a 9 de la noche (todos los que bailamos esto estamos, aunque sea, un poquito locos). Y los encontré, refugiados en una vieja capilla remodelada y rebautizada TIPO TANGO (http://www.tipotango.nl/).

Entré muy tímidamente. "Buenas... quería ver cómo es esto..." "De dónde soy? de Argentina...." De ahí, todo fue más que fácil. Ya les llamaba la atención que un tipo de mi edad, bastante barbudo y no de lo mejor vestido (acá son todos muy formales para vestir). Que fuera argentino, y de Buenos Aires, les resultó a muchos fascinante. No se cansaron de escuchar cómo son las milongas allá (tuve que explicar que una milonga es tanto un boliche de tango como un tipo de tango, con un ritmo más acelerado y que me cuesta horrores encontrarle la vuelta). Les encantó escuchar que hay un fuerte resurgimiento del tango en Buenos Aires, que mucha gente joven se está acercando, y contribuye a mantenerlo vivo, sin olor a naftalina y no completamente "for export". Uno quedó fascinado con el concepto del cabeceo. Incluso se lo tuve que escribir para que se acordara cómo se dice.

En fin... estuve charlando sobre mi vida, Buenos Aires y el tango como 3 horas, entre baile y baile.

Las cosas son bastante diferentes acá. Hay más minas que tipos, y algunas no tienen problema de bailarse un tanguito entre ellas...

Las tandas no existen, al menos con cortinas entre medio. Para los no tan versados, el mecanismo en la milonga es el siguiente: se ponen 4 o 5 temas de un estilo parecido, todos seguidos. Esto se llama una tanda. Cuando se saca a bailar a una chica, se acostumbra bailar una tanda entera, y cuando se termina, el dj pone un tema que no tiene nada que ver, algo que quizá ni se puede bailar, como separación entre las tandas (cortina). La gente se va a sentar (siempre hay mesas en una milonga) y vuelve a salir en otra tanda. Bueno, acá ponen 2 o 3 temas, y cambian sin previo aviso de estilo, así nomás... Le conté a la organizadora cómo se suele hacer, pero me dijo que ya sabía, que no le gustaba, y que lo iban a dejar como estaba.

La otra diferencia, y a mi entender la mayor, es que me SACARON A BAILAR A MI. Estaba sentado charlando con un fulano y se me acercaban las minas (bah... señoras) a sacarme.

Estuvo más que interesante.

Sin ánimos d eaburrirlos más, me voy a dormir. Mañana tengo un gran día.

Salutti a tutti.

viernes, marzo 10, 2006

El viaje y los primeros días

Bueno, acá estoy tirado en mi depto en Eindhoven. Son las 4 de la mañana, hace un rato volvimos de un bar y no se me ocurrió mejor cosa que sentarme a escribir un poco en el blog.

Primero lo primero...
El viaje fue muy largo. Tuvimos que tomar dos vuelos (Baires-Madrid y Madrid-Amsterdam) y un par de trenes. En total, de puerta a puerta, tardé 24 horas.
El primer vuelo fue un placer. Por una de esas vueltas de la vida, logramos que nos upgradearan a Business, sólo por tener la tarjeta Iberia Plus (la que se usa para sumar millas). Así que viajamos súper cómodos, comiendo y tomando cosas de lo mejor. De vez en cuando miraba para atrás, en esos breves momentos en que la cortina que separa las clases se abre, viendo a todos los que no habían tenido la misma suerte, lidiando con el poco espacio y la pequeña bandejita de insípida comida. Es increíble lo mejor que se viaja.

El vuelo de Madrid a Amsterdam fue otro tema. En el asiento entré de casualidad, a presión. Tratar de dormir no fue tarea fácil. En cuanto pegaba un ojo, pasaba alguien caminando por el pasillo, y como los asientos son tan finitos, me tocaban el hombro. Después de un rato de futiles intentos, me conformé con escuchar unos temas de los redondos en el iPod.

Es realmente increíble el tamaño de Barajas (el aeropuerto de Madrid), y la cantidad de vueltas que hay que dar y pisos que hay que subir y bajar para hacer una combinación.

Llevó casi dos horas más de tren llegar a Eindhoven. Los trenes andan que son una maravilla. Llegan con una puntualidad que no se puede creer. Tan bien que me hicieron acordar a mis primeros años de la facu. Aquellos buenos tiempos en que tenía que tomar el San Martín todas las mañanas. Ahhh.... eso sí que era un buen servicio...

A las 3:30 de la tarde llegamos. El dia de nuestra llegada no hicimos más que conseguir el depto (pagando todo por anticipado, obvio), dar una vuelta por el centro, comer e ir a dormir, a eso de las 8 de la noche (no dábamos más).



Hoy (día 2) nos levantamos tarde, y después de unos mates y un buen rato de boludeo con internet (logramos afanar un poco de Wi-Fi de algún amable vecino), salimos a recorrer, ya con más energías. Paseamos por el centro, vimos la universidad... A la tardecita caimos en el súper, y compramos lo necesario para aprovisionarnos. Cualquier tipo de conversión a pesos de lo que gastamos para comprar las cuatro boludeces que compramos, no es apta para cardíacos.

Después de comer, un amigo del ITBA que está haciendo el mismo postgrado que empezamos el lunes, nos llevó a conocer los bares del centro. El lugar copado, la cerveza muy buena y barata.

Todo muy lindo, muy rico todo... pero debo reconocer que hay un aspecto que no me deja del todo tranquilo, y que el paso del tiempo y cada charla con gente (hombres particularmente) que ha estado más tiempo que yo en Holanda, procede a empeorar. Si hay algo por lo que NO se caracteriza Holanda, es la belleza de sus mujeres.

OK, son altas. Todo bien. Más altas que yo... no tanto, pero soportable. Ahora, que el promedio de peso de lo que vi esta noche en el boliche se acerque tan peligrosamente a lo que peso yo, es un tanto aterrador.

Debo remitirme muy atrás, a mi primer viaje a Europa, de gira con el club allá por el '99), para encontrar una situación semejante. Hasta este momento, Dublin se llevaba el premio a la ciudad con menor cantidad de mujeres como la gente. Estas chicas de Dublin, ampliamente concientes de su situación, no mostraban el más mínimo atisbo de histeriquismo, y si bien tenían sus problemas con el ancho, presentaban una altura acotada, manejable.

Eindhoven es igual, pero sin la cota superior de altura (lo que eleva el kilaje total), y aún peor(esto no lo puedo afirmar por experiencia pesonal sino por varios comentarios recibidos) parece que son terriblemente histéricas. De este tema tendremos mayores noticias y mejores apreciaciones una vez que se realicen las pruebas de campo correspondientes.

Ojalá pueda refutar por completo lo que acabo de comentar más arriba. Me haría muy feliz. Dublin: ponele pilas, no pierdas ese primer puesto tan bien ganado y dejá que Eindhoven me demuestre que estoy equivocado.

Creo que eso es todo. Cambio y fuera. Me voy a dormir.

martes, marzo 07, 2006

A Pura Despedida

Ya está. Mañana parto.

El avión sale a las 2:10 pm.

Las valijas no están hechas todavía, sólo son un proyecto materializado en algunas pilas de ropa desperdigadas por mi cuarto y separadas de alguna manera que sólo yo entiendo.

"¿Y? ¿Ya tenés todo listo?" La pregunta del millón. En las últimas semanas, ya no recuerdo la cantidad de veces que la escuché. A medida que el tiempo pasaba, lo que provocaba en mí y la respuesta que generaba fue cambiando.

En un principio, lo veía todo tan lejos... no me preocupaba en lo más mínimo lo que iba a llevar. Ahora sólo faltan detalles.

Otra característica de esta semana fueron las despedidas. Las hubo de todos los gustos, tamaños y colores.

Asados multitudinarios, cenas más íntimas, pizzas, cervezas, tes, el último tango en Buenos Aires… (no confundir con el de París)

El summum fue la fiesta del sábado pasado. Con Euge nos despedimos a lo grande. Después de todo, dos años es un montón de tiempo. Vino gente de todos lados, y disfruté mucho tenerlos a todos juntos.

Acá van algunas fotos...

Despedida en Romario con los chicos de la facu:

Flyer de la Fiesta

Los vagos del club:

Lore y Carlos, representantes del cole: Ale y Sebas. Tenaris presente:
Vamos Tango todavía!!


Doy la vuelta a una página de mi vida. Terminó el capítulo. Hacia adelante, sólo hojas en blanco que esperan ser escritas. Con qué las voy a llenar, sólo el tiempo dirá. Pero estoy seguro de que las nuevas historias, aventuras y personajes que las compongan van a ser apasionantes.

Lo próximo que lean lo escribo desde Holanda.