lunes, enero 29, 2007

Diagnóstico

Y fui al dotor nomás.

 

-Sí pibe, la tenés hecha mierda. La tenés toda hinchada. Hagamos una cosa, venite la semana que viene, vemos cómo anda, y si es necesario, te derivo al traumatólogo. Mientras tanto, tomate estos antiinflamatorios y ponete una rodillera.

 

Porque acá en Holanda, salvo que uno esté en franca emergencia, se pasa primero por el Huisart (o médico de familia), y es él quien tiene que mandarte al especialista. Entrar caminando a un hospital y ser atendido (o al menos conseguir un turno) por más obra social que uno tenga, es cosa de ciencia ficción.

 

No demasiado satisfecho, pero sabiendo que no podía hacer otra cosa, me subí a la bici y volví a la universidad. Volví a la semana.

 

-Sí pibe, la seguís teniendo hecha mierda… - y continuó con sus hallazgos acerca de mi rodilla. Parece que los ligamentos cruzados están bien. El resto, un gran signo de interrogación. Por lo pronto, los ligamentos rectos (que pasan por afuera de la rodilla y previenen que se vaya para los costados) pintan jodidos. Los meniscos también.

 

Lo bueno es que finalmente recibí la orden para la consulta con el traumatólogo. El lugar adonde te deriva se elige con el doctor, que abre una ventana de Internet donde están todos los tiempos de espera de los hospitales de Holanda. Elegí uno con especialización en deportes, más o menos cerca de casa. La lista de espera, 4 semanas. Finalmente conseguí una cita antes, y el 15 de febrero estaré mostrándole la rodilla a un tipo que sepa (al menos es lo que espero profundamente). Y hasta entonces, comenzaré a visitar al kinesiólogo, para que me ayude a fortalecer los músculos de la gamba.

No hay comentarios.: