domingo, diciembre 03, 2006

La biblia y el calefón

Domingo de lluvia (de esos ideales para quedarse calentito en casa).

Me desperté con un mensaje en el celular. Ralf, el capitán del equipo de rugby (los Elephants), avisándome que se suspendió el partido de hoy. Tristemente, el motivo es que no tenemos suficiente gente, y es la segunda vez que sucede en la temporada. Despacito se va muriendo el club, justo ahora que conseguimos alguien que nos entrenara...

Pero el tiempo libre no me viene nada mal. Toneladas de ropa y de ollas esperaban desde hace tiempo que les preste la atención debida. Y en eso estoy, en un descanso entre la tanda de ropa de blanca y la de colores oscuros (la tercera carga del día), mientras las ollas brillan y se secan.

Los últimos fines de semana, momento en el que generalmente me hago un rato para ocuparme de mi casa, han sido bastante movidos. Los retoques finales a la presentación de un proyecto, fiestas con exceso de cerveza (y las obvias resacas que generan), paseos por Europa y encuentros familiares han salido favorecidos en la distribución de mi tiempo findesemanístico.

Con paciencia y con saliva... el elefante contará su vida (el dicho era diferente, no?)

El proyecto:
Finalmente terminó el proyecto en P&G para el que habíamos estado trabajando durante varias semanas. Dos grupos de compañeros del programa generamos alternativas logísticas para reducir costos en una planta de jabón en polvo. Todo en el marco de una competencia, muy pareja, que mi grupo tuvo el gusto de ganar.








The party:
La fiesta cervecera fue la noche después de presentar el proyecto en P&G. Los vagos del equipo habían organizado una especie de tercer tiempo con un par de otros clubes. El objetivo, tener un "cantus", que como se imaginarán, gira (como todo lo que hacen) en torno a la ingesta de cerveza en cantidades industriales, y a cantar unas cuantas canciones.

Tres mesas largas, en las que nos sentamos la mayoría, y una mesa en un extremo, en donde estaban los directores del evento. Amos y señores del lugar, decían qué se hacía, se cantaba y se tomaba. Regaderas llenas de cerveza, puestas sobre las mesas, hacían más fácil el replenishment de la bebida a los vasos. Muchas reglas a seguir y castigos por su incumplimiento (que seguramente no hará falta explicar de qué se trataban).

Resultado: Resaca padre al día siguiente, que no me permitió otra actividad más que mirar el partido de los pumas en posición horizontal.

Mi viajecito:
Mónica se enteró hace unas semans del recital que iba a hacer María Volonté en Zurich, y me comentó al respecto. María es una amiga mía desde hace un tiempo, y una cantante increíble de tango (entre otras tantas cosas) desde hace más (www.mariavolonte.com). Dado que a los dos nos gusta su música, y que ninguno conocía Zurich, nos pareció una buena idea subirnos al auto y hacernos una escapada.

Después de hacer los arreglos correspondientes (pidiendo días en el trabajo, reservando hotel, etc...), hacia allá partimos. El concierto era un martes a la noche, salimos de Holanda el domingo al mediodía.




Zurich es una ciudad increíble. Lindísima. Los adornos navideños por todos sus rincones la hacían todavía mejor. Caminamos un montón. Comimos fondue. Salchichas en puestos callejeros. Y cerramos el tour con el concierto. Qué sorpresa se llevó María cuando me vió entre el público! Incluso me dedicó la última canción: su "Candombe Bailador". Un placer a toda prueba.

El miércoles a las 5.30 de la mañana, salimos del hotel hacia el estacionamiento a buscar el auto. Tenía que estar sentado en la clase de SDP, en Eindhoven, a las 1.15pm. No llegamos. Pero los 180 km/h que pudimos levantar en Alemania hicieron que el retraso sólo fuera de 40 minutos.

La flía:
Ayer volví a encontrarme con Chantana, una de mis primas holandesas. Paseamos por Utrecht, subimos a la torre del campanario, charlamos mucho.


Y llegamos a este momento, en el que debería estar corriendo la pelota, pero sin embargo estoy acá, contando algunas cositas, y peleándome con el blogger, que no me deja subir las fotos que quisiera (para verlas todas, entren al link "Albumes de Google", en la barra de la izquierda)

El fin de semana que me queda no va a ser muy diferente, al menos en los planes. El sábado ya está reservado para una visita a otros parientes que todavía no conozco. El domingo, si mis compañeros y el tiempo lo permiten, sale partido.

Y el siguiente... el siguiente me tendrán dando vueltas por BAires. Agarrate Catalina!

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