lunes, mayo 29, 2006

Menos mal que me compré la Tobillera

Hace rato que me venía jodiendo el tobillo. No demasiado dolor, simplemente una molestia cuando hago ciertos movimientos. Nada que me impidiera jugar.

Pero no se iba (y todavía me acompaña). Así que el sábado me compré una tobillera, con vistas al torneo de 10's que teníamos el domingo.

La juntada fue temprano: 9 de la mañana en la estación. El torneo era en una ciudad como a 60 km. De pedo juntamos 10, pero conseguimos dos jugadores de otro equipo, y enfilamos para allá. La tobillera, quedó en casa.

Lindo torneo. Dos zonas de 6 equipos, todos contra todos. Los dos primeros jugaban la final. Los segundos, tercer y cuarto puesto.

Corría el primer tiempo del tercer partido. Se corta el apertura contrario, lo sigo. Cambia de dirección, y yo intento hacer lo mismo.

"No, vos no", me digo mi rodilla. Bueno, en realidad dijo algo así como "CRACK!", pero yo entendí el mensaje, que fue bastante imperativo. Y ahí quedé, tirado. Parece que fue uno de los ligamentos. Pero no se rompió, porque a la carpa central de primeros auxilios llegué caminando.

Hoy mi guardarropas tiene un nuevo integrante: una bonita rodillera. Yo estaré fuera de las canchas por un rato, pero mi tobillera nunca más se sentirá sola.

Visitas Familiares

Hace rato que no se lee nada nuevo por estos lados, y es que los últimos fines de semana estuve muy ocupado disfrutando de la visita de mamá y Juan.

En total se quedaron 2 semanas y monedas. Pasaron 3 findes por las Uropas.
El primero, visita obligada a quien suscribe. Pero de esto ya hemos comentado.

El segundo, viaje por el valle del Mosa:
Desde Eindhoven nos fuimos manejando hacia el sur. Pasamos por Maastricht, Namur, Dinant y alguna que otra parada intermedia de menor importancia.

Maastricht tiene muchas construcciones antiguas que, a diferencia de las de Eindhoven, zafaron de que las hicieran cagar en algún bombardeo de la segunda guerra.



Ya cruzando a Bélgica, en su zona de habla francesa, quedan Namur y Dinant. Ambas ciudades cumplieron funciones estratégicas durante muchos años (comenzando cerca del 1000). Las dos conservan aún ciudadelas fortificadas en lo alto de formaciones rocosas, desde donde controlaban el tránsito en el río y los pocos puentes existentes.



Paseando, dando vueltas sin rumbo fijo, decidimos parar en un barcito en la intersección de dos caminos a tomar algo y descansar un rato. En el costado del bar, un tanquecito alemán. Resulta que en ese lugar habían detenido la ofensiva alemana en el 44. Y no cualquier día del 44, sino justamente el día que nació Juan. Así que nos tomamos las obligadas fotos, terminamos las cervezas y seguimos viaje.


El tercero y último fue, justamente, este último. Durante los días de semana yo volvía a Eindhoven, a proseguir con mis actividades ñoquísticas de empleado estatal. Pero los viajeros proseguían su tour por Benelux (pero sin Lux) y, el 25 de mayo, el itinerario señaló Bruselas.
Y hacia allá partí con mi bolsito.

Hubo turismo, tradicional y gastronómico. Pero lo más fuerte fue la carga emocional. Y es que ya me había acostumbrado a verlos seguido.

Ahora mis fines de semana volvieron a la normalidad.
Recién habían pasado 3 meses. Van a pasar otros seis hasta el próximo reencuentro.

martes, mayo 23, 2006

Y siguieron los festejos

La joda del cumple no quedó donde estaba. El jueves pasado se organizó un asadete para conmemorar el cumple de todos los que cumplíamos años en mayo.

Shanshan puso la casa.
Tony compró las bebidas.
Paul dio unos tips sobre qué cerveza comprar.
Yo... yo quemé las salchichas (y algunos patys también).

Pero no importó, porque todo fue devorado con una velocidad impensable.

Lo que debería haber sido el centro del asado quedó relegado al segundo lugar. La estrella de la noche: el sushi que prepararon las chicas.

Debajo, el team oriental en pleno trabajo (con pasante latina incluída).


Bueno, quizá sería muy optimista si dijera segundo lugar, porque el tintito chileno que compré para acompañar es quien realmente se lo merece.

La concurrencia: de todo tamaño y color.




Birra va, birra viene, nos quedamos hasta las doce boludeando.
De repente la lluvia dijo basta, y nos fuimos pedaleando pa' las casas. Posted by Picasa

martes, mayo 16, 2006

Tour del PAMI

Ya soy un año más viejo. Hoy lo sentí en carne propia:
Fuimos a sacar pasajes de micro con Euge (nos vamos a París en la semana del 2 al 9 de Junio). Todo bien hasta que nos preguntaron las edades.
-"26", dije yo.
- "yo 24", dijo Euge con cara de pícara, sabiendo que pronto se le termina.
- "Su pasaje son 88 euros, señor. El de la señorita, sólo 80."

No hay descuento para jubilados?

Y el viernes no sólo llegaron mis 26 añitos. Con ellos llegaron también mamá y Juan, arrastrando una tonelada de pedidos y regalos de toda la flía.

Así que, como se imaginarán, pasé un fin de semana familiar. Chupando y comiendo rico, paseando, haciendo de guía y conociendo mucho.

Primera parada, mi casa. Segunda, mi oficina.
Y como no podía ser de otra manera, unas obligadas cervecitas en la "Market Square".

El pedazo de carne que nos morfamos en "Gaucho's", no lo veía desde que nos subimos al avión. Ya estaba sufriendo el síndrome de abstinencia.






Mañana me sacan los puntos.
Ya hace 10 días que están jodiendo, y aunque la herida todavía me duele un poco, no veo la hora de que me los saquen. Posted by Picasa

lunes, mayo 08, 2006

No lavo más

De no creer.

Domingo al mediodía. Terminé de comer y me puse a lavar los platos.
La esponja en una mano, un plato en la otra.
El plato se me rompió en la mano. Me lo clavé en la mano de la esponja.

Pensé que había sido un rasponcito hasta que ví la sangre. Derechito al hospital.

Resultado: 3 puntos en la base del pulgar derecho.

Hoy lunes tenía un examen. El primero del postgrado. Y yo con la mano vendada, sin poder escribir. Parecía a propósito. Ya veremos cuándo lo daré.

Family Reunion

Asado no hubo. Era 4 de mayo, vísperas del día de la liberación, cuando se festeja el repliegue de los alemanes de Holanda en la segunda guerra. Y qué tiene que ver? Ese día, justo ese día, los negocios cierran más temprano. Así que nos quedamos sin poder comprar la carne, y caímos en lo más fácil: derechito al restaurant chino de la vuelta.

Fue una noche de comida internacional, pero del lado equivocado del mundo.

Finalmente llegó el sábado. Hacía rato que lo esperaba con cierta ansiedad. Y no es para menos. Desde entonces, mi familia (o su parte conocida por mí) se acrecentó en número.

Finalmente conocí a dos de mis primos holandeses: Chantana (23) y Remco (20). Después de dos generaciones (fueron mis abuelos Gomes quienes emigraron a la Argentina) se produce el reencuentro.

Empecé por ellos, los más cercanos a mí en edad y geografía. Después de unas cervecitas en el centro, enfilamos para casa. Mate va mate viene... (sisi, los hice probar y hasta me dijeron que les gustó...)


Y hay mucha más gente por conocer. Ya prometí hacer un asado en Voothuizen en Junio, en la casa de Diana, la mamá de Chantana.

Esta vez, espero no terminar en lo de los chinos.

jueves, mayo 04, 2006

Reminiscencias

Hoy hizo 25 grados. Un placer hasta que a la tarde el sol empezó a pegar en la ventana de la oficina. El toldo estaba bajo. La ventana abierta.

Pero no daba abasto, la ventana sólo se abre un poquito, pivoteando hacia afuera, por lo que no entra demasiado aire. Y vislumbré lo que podría llegar a ser un problema ante una inesperada alza en la temperatura. Si el verano se viene caluroso, agarrate Catalina, porque estos muchachos no saben lo que es el aire acondicionado.

Pero la cuestión es que el día que está terminando me recordó mucho a casa. Y parece que no fui el único: Ad, un compañero holandés, propuso hacer un asadito hoy a la noche. Buenísimo!!!

Hacia allá partiremos en unos minutos, y veremos si se le falta el respeto ese término tan grande (aunque se utilice su diminutivo).