martes, julio 25, 2006

Mañana me despierto en... (y otro par de comentarios)

Finalmente llegó el martes 25. Hoy enfilamos para Roma. Dentro de un par de horas salimos para el aeropuerto, desde donde volamos a Roma. Derechito desde acá, ni siquiera me tengo que ir hasta Amsterdam. Conseguimos unos pasajes baratísimos en Ryan Air por internet: desde Eindhoven hasta Roma, estamos pagando 50€, impuestos incluídos. Ya veremos cómo resulta.

El plan es el siguiente:
Volar a Roma y pasar allátres días. Alquilar un auto y enfilar pal' norte. La primera escala es Florencia, adonde vamos a llegar después de un día de viaje, recorriendo y parando "a piacere".
Vamos a parar en Vinci, a unos 20km de Florencia, donde nació el amigo Leonardo. Eso será nuestra base de operaciones por 5 días, en los que visitaremos Pisa, Lucca, Florencia y lo que vaya saliendo.

Después volvemos a la ruta, siempre hacia el norte. Con destino Parma. De ahí a Milán, Padua y Venecia. Venecia nos despide de Italia, pero no de las vacaciones. Resulta que no hay vuelos desde Venecia a Eindhoven, por lo que vamos a volar a Bruselas, y ahí tomar un tren. Compramos pasajes en el último vuelo del día, para disfrutar al máximo, pero no tomamos en cuenta que no íbamos a llegar al último tren a Eindhoven. No puedo describir lo "vivos" que nos sentimos cuando nos dimos cuenta.

Luckily, Julián salió al rescate. Recientemente mudado a Bruselas con Celine, su novia, nos ofreció pasar la noche en su depto. Así que todo sale redondito: nos quedamos hasta tarde en Venecia, y lo vemos a Julián.

Ahora, el otro par de comentarios:
Rodilla:
El domingo volví a hacer deporte, después de mucho tiempo. Me jugué un fulbito con una banda internacional, compuesta por españoles, indios, tailandeses, koreanos, africanos, argentinos... Además de hacer un gol (increíblemente, había gente que jugaba PEOR que yo), la rodilla reaccionó bien. No sólo se bancó el par de horas de fulbo, sino que después se aguantó otro par de horas de tango.

Bueno, en realidad no van a ser un par de comentarios, sino uno solo. Estuve escribiendo en un break de armar la valija, que no puede esperar más. Así que si tienen más ganas de seguir leyendo sin esperar hasta mi vuelta, pueden darse una vuelta por el blog de euge (link en la barra de la derecha).

Próximamente, toneladas de fotos y cuentos del viaje...

jueves, julio 20, 2006

Cuántos recuerdos...

Quién no pasó más de una tarde tratando de ganarle a este bendito juego?

El video es imperdible, para ver hasta el final...

martes, julio 18, 2006

Y además, duerme la siesta

Esto viene a modo de continuación de mi entrada anterior, sobre la felicidad y su peculiar calzado veraniego.

Sigue haciendo mucho calor. Me imagino que en Buenos Aires, los noticieros deben estar comentando sobre la "Ola de calor que azota Europa". Me cansé de escuchar esa frase cuando todavía andaba por allá. Y todo sonaba tan lejos...

Ahora estoy en mi cuevita, con escasa ventilación, y un sol que pega duro y parejo en la ventana hasta las 10 de la noche. Las noches se hacen muy duras. Cuesta horrores dormirse con este calor. Y por supuesto, una vez que logro dormirme, el despertador no tarda en sonar.

Y allá voy como un zombie a la facu. A tratar de laburar un rato, y esperando que la oficina se convierta también en un horno.

Después de comer es cuando más se siente. La modorra que viene después de la comida (bueno.. eso que hay en la cantina, que acá se empeñan en llamar comida), combinada con el calor, hacen imposible cualquier actividad humana.

Pero el otro día tomé el toro por las astas. Agarré mi bolso y, silbando bajito, me vine para casa. Primer medida, prender el ventilador al mango, apuntarlo a la cama y... a dormir la siesta se ha dicho!

Una horita (o quizá un poco más) más tarde, la vida se ve con otros ojos.

Qué clara la tienen los Santiagüeños! La felicidad anda en ojotas y, además... duerme la siesta!

miércoles, julio 12, 2006

La felicidad anda en ojotas

Hay dos detalles de mi vida en Holanda que me hacen inmensamente feliz.

Sin duda no son los únicos.
Quizá no sean los más importantes.
Pero estoy seguro que vale la pena mencionarlos.


El primero: los meaderos al aire libre.
Qué portero de Buenos Aires no pagaría buena guita por poner uno en la esquina de su edificio. Cuántos dolores de cabeza menos los domingos a la mañana, sin tener que limpiar lo que los muchachos hicieron a la noche en su puerta de entrada.



El segundo: La vida en ojotas.
La semana pasada fue terrible. La temperatura subió mucho, y se mantuvo ahí. Los edificios no están preparados para el calor. Mi depto es un horno. Mi oficina, peor! Aire acondicionado, ni hablar.

Pero yo conseguí palearla, al menos un toque, gracias a mi nuevo mejor amigo el ventilador y al uso intensivo, intensivísimo, de las ojotas. Durante esa semana fue lo único que usé.

Algunos le restarán importancia. "A éste se le piantó un tornillo", dirán otros. A todos, todos ellos, simplemente les digo: "Cuando vayan a laburar un día en ojotas, me van a poder entender".

martes, julio 11, 2006

Loco el Tren

El viernes volví a tener contacto con el tango. En la fiesta de la semana anterior había vuelto a sentirle el gustito, bailando al aire libre. Y me dí cuenta de todo lo que lo extraño.

Así que fue muy bien recibida la idea de Mónica de ir a bailar al viernes. Ya que es verano, y la gente acá trata de disfrutar del calor como puede, la milonga se organiza en un lugar abierto. La cosa es que están sujetos al tiempo, pero tienen un plan B: los holandeses no dejan NADA al azar.
Cuando hay chances de que llueva, todo el circo se traslada a la estación de tren. Sí, sí, la estación de tren. Cae el DJ con sus equipos y los acomoda en un local que está desocupado y que da al hall de la estación. Cuelgan un par de luces y voilá... se armó la milonga. El nombre del evento: "LOCO el TREN".

Y ese día cayeron unas gotas, así que enfilamos pa' la estación nomás. Me calcé los zapatos, y a romper las pistas. Abajo hay un par de fotos que bajé de la página web del lugar (www.tipotango.nl). No son las mejores, y en una sólo se nos ve de lejos, pero por lo menos sirven para que puedan imaginarse la situación. De fondo, las máquinas expendedoras de boletos.



Alguna gente caminaba entre medio, otros, se paraban en círculo a mirar el show. Y muchos, al finalizar cada tango, NOS APLAUDÍAN!!!! Quién les dice que esto no es el comienzo de una gran carrera... Esto de la logística no va, yo mejor me calzo el funyi (sombrero de tanguero) y salgo a manguear monedas por la lleca...

jueves, julio 06, 2006

Ricoteando en la T.U.

Son las 19:20, ya no queda nadie en el pasillo de oficinas.
Conecto el iPod a la compu.
Empiezan a sonar los Redondos. Blues de la Libertad.

Los Redondos en Eindhoven... quién lo hubiera pensado.
Simplemente necesitaba compartirlo con alguien.

miércoles, julio 05, 2006

A ver si se hace costumbre...

Llegó el fin de semana, y con él la oportunidad de limpiar el backlog de cosas a hacer y temas a estudiar que me persigue.

"El sábado me siento un rato y lo termino"... si habré repetido esa frase en mi vida. Casi tanto como el ya clásico "no tomo más" después de una noche de copas. Y así como la próxima noche de fiesta siempre me encuentra con una cerveza en la mano, los fines de semana tienen el poder de hacerme deponer los cuadernos y apuntes. Al menos por ahora las cosas no se me salieron de las manos, y siguen para adelante.

Y este fin de semana no fue la excepción.

El viernes se armó una gran festichola al aire libre para festejar tres cumpleaños y tres graduaciones. Empezamos con un asado. Obviamente, lo primero que tiramos en la parrilla (con los carbones todavía negros como lo hacen acá... yo ya me rendí), fueron las porquerías de costumbre. Después de un rato, apareció Gustavo con algo que no veía desde hace rato: un lomo argentino envasado al vacío. Y aunque ya había comido más que suficiente, se me empezó a hacer agua la boca. Salió buenísimo. El acompañamiento, nada mal tampoco: un merlot italiano muy interesante.

Después del asado apareció la música. Y entre los diversos estilos que proveyó Euge, pude colar algunos tanguetes. Mónica (una chica colombiana, ya graduada de mi mismo programa) me acompañó con unos improvisados pasos, y automáticamente pasamos a ser el centro de atención de cuanta persona hubiera en la fiesta. Después de un par de tangos ya no éramos los únicos bailando en el centro de la ronda. Otro par de parejas intentaban copiarnos los movimientos, sin siquiera saber lo más básico. Fue muy divertido. En cuanto Aneta me pase las fotos del evento, publico alguna en pose de compadrito.

En cuanto dejamos de bailar con Mónica, se me vino encima el malón. Las chicas estaban todas como locas: "Quiero aprender!!! Enseñame! ¿Cuándo nos vas a dar unas clases?" Así que no sólo brindé un show, sino que estuve dando clases particulares de tango.

Pobres!! Si supieran lo básico de mis conocimientos! Pero en el país de los ciegos...

Y pobre Euge, que se fue más temprano de su fiesta porque se sentía mal. No sólo se perdió el magnífico "chow" que montamos al aire libre, sino que tuvo que soportar que le contara todo una y otra vez al día siguiente.

El sábado tocó día de paz y tranquilidad, que en mi idioma significa: me quedé en casa a planchar la montaña de ropa que tenía acumulada, lavá más pilcha (por lo que ahora tengo una nueva incipiente montaña esperándome), hablé con la flía por skype, miré un rato de tele...

El domingo volví a las canchas con renovadas energías. Tempranito a la mañana me fui pa' la estación, para tomarme el tren a La Haya. El programa: encontrarme con Fleur, una amiga holandesa que había conocido en BAires hace unos meses, y pasar el día en la playa.

Fútbol, cerveza, sol, playa, atardecer... qué noche Teté!



La playa es la misma donde hace unos meses, en pleno invierno, metí las patas en el mar del norte, con los borcegos impermeables, obvio.... Esta vez tomé coraje y me metí nomás. El agua es bastante fría, pero se banca.

Para recordar: (http://javiergomes.blogspot.com/2006_03_01_javiergomes_archive.html)

Nota de color... la foto la sacó una mina en topless, que no estaba NADA mal. Mientras ella enfocaba, yo no podía dejar de pensar: "Cuando se lo cuente a los muchachos..."