domingo, abril 30, 2006

El día después

Es domingo. Estoy en casa, descansando después de tres noches de festicholas populares. Mucha gente, recitales en el centro, cerveza, música, cerveza, cerveza... Hoy no va a haber hazañas deportivas, salvo que se pueda considerar deporte a lavar la pilcha, plancharla, limpiar el baño.

Se juntaron dos acontecimientos que movilizaron a Eindhoven y a Holanda. El primero, el 50 aniversario de la facu en la que estudio. El otro, el Día de la Reina, en el que se festeja el cumple de la reina madre, Juliana.

El jueves hubo varios recitales en la plaza principal del pueblo. Pusieron un escenario en una punta, y en el medio de la plaza, un par de puestos de venta de birra. Yo llegué un poco tarde, con los recitales ya empezados, la plaza llena y la gente ya puesta. Empezamos a avanzar hacia el escenario, desde atrás de todo. Se complicaba mucho, la gente estaba muy apretada. Decidimos quedarnos en el molde, mirar tranquilos desde atrás. En el intervalo entre banda y banda, volvimos a emprender el movimiento hacia adelante. Para nuestra sorpresa, de repente dejamos de estar apretados. Cerca del escenario había menos gente que atrás... Tristemente comprendimos que la gente no estaba aglutinada contra el escenario, sino contra los puestos de cerveza (que, by the way, deben haber hecho una fortuna).

Durante la última banda, me encontré con un amigote de rugby, y con él emprendí el camino hacia el bar de costumbre, a encontrarnos con el resto de la manada (de elefantes, claro está) que había salido esa noche. Terminó siendo una noche más que interesante.

El viernes fue más tranca, al menos para mí, porque los bares estaban que explotaban. La gente, feliz. Había disfraces, caras pintadas, y naranja por donde se mire. Es que era la v'spera del día de la reina, y se armó la joda en todo el país. De todos los adornos y parafernalia que los holandeses sacaron a relucir para la ocasión, uno me llamó particularmente la atención: cucardas con los colores del país. Claro... puestas en una persona cualquiera, pueden pasar por escarapelas grandes. Pero ya mencioné en alguna oportunidad que a las holandesas les sobran en promedio un par de kilitos. Y las muchachas que habían elegido tal desafortunado adorno, podrían haber pasado por una exposición de vaquitas premiadas en la Rural. Me hicieron sentir en casa...

Sábado: Más de lo mismo, pero la joda (y el consecuente pedo de los muchachos) comienza a la tardecita.

Pasamos por el centro a la tarde. Nos fuimos al cumple de un par de compañeras. Volvimos al centro, y le dimos duro hasta que cerraron los bares, a eso de las 4 de la mañana.

Y volvimos al principio nuevamente: Es domingo. Estoy en ca....

domingo, abril 23, 2006

Man of the Match

Son las 8 de la tarde (o noche?). Acabo de volver del partido que tuvimos hoy. Estoy cansado y con un par de cervezas encima después del tercer tiempo. Pero no puedo dejar de escribir algo hoy, ahora, sobre mi día.

Dirán algunos: "Pero no hizo nada, sólo jugó un partido de rugby." Y tendrían razón, no hice más que eso, y encima perdimos.

Pero fue una derrota muy honrosa. Perdimos 16 a 12, por menos de un try. Además puedo rescatar un par de cosas de hoy, que son las que me empujan a escribir:
  • Hicimos dos tries, y los dos los hice yo, por lo que 10 de los 12 puntos que anotamos son de mi autoría. Nunca, pero nunca me había pasado algo así.
  • Line contrario. Yo estoy formando en la cola, como último hombre. El hooker se pasa, yo agarro la pelota, esquivo a uno, TIRO UN SOMBRERO (!!!!!!!!), y la voy a buscar (no la agarré, pero maté al Fullback que la buscó en el piso). Me sentí un back habilidoso. Nuevamente: first time in my life que hago algo así en una cancha.
  • Termina el partido. Nos juntamos. Habla el capitán. Entre las varias cosas que nos dice, resalta que jugamos un buen partido, y dice: "Quisiera volver a una vieja costumbre que teníamos hace un tiempo: la de elegir al Man of the Match. Y si bien tengo un par de candidatos para elegir, no cabe ninguna duda de que el que se lo merece hoy es Javier."

Pocas veces me sentí mejor después de terminar un partido. Y quizá eso tenga que ver con que seguí a los muchachos bastante de cerca con la birra. Y con que hayan hinchado bastante cuando anuncié que me venía para casa.

Pero ahora soy un amo de casa y tengo mis responsabilidades. ¿Qué lavo hoy? ¿Blanco o de color?

Qué dilema! Y qué laburito se me viene encima con la plancha, que estuve descuidando más de la cuenta. Es el cuento de nunca acabar, pero once again, es lo que elegí.

miércoles, abril 19, 2006

Unveiled mistery. The answer: Warszawa

Apenas publiqué la entrada anterior me rajé de la facu. Eran las 12:30. La poca gente que quedaba estaba almorzando.

Me fui pa' las casas, almorcé, me preparé el bolsito y enfilé para el "Oude Sint Joris", el bar donde hacen base "The Elephants", y que haría las veces del punto de encuentro pre-viaje. Esperaron que llegáramos todos. Nos reunieron, y se hizo público lo que todos esperábamos.

"We're going to ......... WARSAW!!! (Vamo' a Varsovia, vamo'!!!)"- gritó Roger, capitán y componente del trío organizador.

Todos con su cerveza en mano, ya la tercera o cuarta para algunos, nos hicieron pasar de a uno al centro de la improvisada ronda. A cada viajero se le asignaba un apodo ad-hoc que el comité había inventado con alguna justificación, y se le entregaba la indumentaria oficial conmemorativa, una remera/buzo con los colores de la bandera Polaca. También se hizo entrega del libro de viaje.

Mi apodo: Pussy (gatito, entre otras acepciones). Motivo: "This guy is far too nice to be a Puma " (Este flaco es demasiado bueno para ser un Puma)

Este librito tenía toda la info necesaria, apodos, itinerarios, mapas, datos útiles, etc... y tenía que ser resguardado durante todo el viaje. Perderlo (o ser despojado de él) significaba una multa en la fiesta post gira, que se hará próximamente: más guita metida en el fondo común para comprar birra.

El lema número uno de la gira: "What happens on trip, stays on trip (Lo que pase en la gira, queda en la gira)", así que no entraré en demasiados detalles, pero un comentario que no puedo dejar de hacer es: ¡¡¡¡¡Cómo toman birra estos muchachos!!!!!

Salimos a las 7pm de Eindhoven. Tomamos 3 trenes hasta Varsovia. Los dos primeros fueron cortos. Media y una hora respectivamente. En Düsseldorf tomamos un tren de 11 horas, reservamos cuchetas y pudimos dormir bastante bien.




Viernes: City Tour, tocata en una plaza, morfi y al pub a escabiar.
Sábado: Partido (nos mataron), morfi y tercer tiempo en un pub irlandés. Después, más joda.
Domingo: Boludeo general por Varsovia. A las 4 nos tomamosun tren a Berlín. Llegamos a las 11 de la noche y, por supuesto, más joda: derecho a la zona de los bares y boliches.
Lunes: Entrenamiento y partidito con equipo de Australian Football. Interesante experiencia. A las 4 nos tomamos el tren de vuelta. Agotado como pocas veces, llegué a casa a las 11:30 pm. Duchita y a la cama.

Cualquier otro detalle revelado, no me quedaría más remedio que matarlos...


Tot ziens!!!

jueves, abril 13, 2006

El hombre propone... y esta vez dispuso

El fin de semana anterior tuvo, finalmente, muchas cosas para contar. Esta vez, el clima fue más benigno y, aunque amagó en más de una oportunidad a pudrir todo, mis planes pudieron llevarse a cabo sin mayores problemas.

Sábado.
Programa: Paseo en bicicleta por los campos de tulipanes. Éxito parcial.
Ese sábado me levanté temprano, 8:30. Después de un potente desayuno y prepararme un par de sanguchos para el viaje, partí hacia la estación. Garuaba de una manera que rompía bastante las bolas, y ponía en peligro la concreción del plan. Pero no me importó.

Ya en la estación estaba todo el grupo reunido. Obvio, llegué sobre el pucho. Todavía estaban esperando a no sé quién, que nos hizo perder el primer tren... Durante la media hora que nos separaba de la llegada del siguiente tren, hubo intensas dudas entre los participantes sobre si devolver o no el pasaje y volverse a la cama, secos y calentitos.

Muchas llamadas por celular, algunas bajas. Otras llamadas, confirmación de que en Leiden (hacia donde nos dirigíamos y lo que iba a ser nuestro punto de partida ciclístico) llovía aún más.
¿Qué hacemos? Y... daaaaale.... vamos para adelante. Lo más que teníamos que perder: algunas horas de un sábado gris y los 20 euros que sale el pasaje ida y vuelta (con korting -descuento- obviously... a papá!!!).

Nos subimos al tren. Algunos llevaban sus bicis, por las que pagaron 6 euros extra de pasaje. A mi me habían tirado la posta: el alquiler por día de una bici respetable, salía alrededor de 8 euros. Así que la jugué de bacán, viajé cómodo en los asientos buenos del tren con Piotr y Xue (polaco y china respectivamente) mientras los que llevaron las bicis lo hacían en el pasillo/furgón, en unos asientos mucho más chicos y molestos.

Llegamos alrededor del mediodía después de casi 2 horas de viaje. Allá se unieron varios amiguitos al programa. Entre ellos, Euge que había ido de paseo a una ciudad al norte de Holanda con Anna, y se había quedado a dormir allá el viernes.

Había dos opciones marcadas. Una: ir a ver el Keukenhof, que es una especie de parque con todo tipo de flores. La segunda, pasear en bici entre los campos donde cultivan tulipanes. Para el parque, no hacía falta alquilar bicis, porque hay un micro que te acerca. Resulta que fuimos un tanto temprano en el año para ver las flores en su completo esplendor, por lo que el Keukenhof no iba a estar a pleno. Aún peor, este año el tiempo viene medio (¿?) loco y la floración se atrasó un poco.

Nos decidimos por el segundo programa, que prometía ser mucho más flexible. Así que enfilamos al boliche de alquiler.

Pero antes, no puedo dejar de hacer mención a un episodio en el que quedé como un ratón a toda prueba. Resulta que era la hora de comer, y como nadie había traído sandwichitos, enfilamos para McDonalds. Entre combo y combo, hamburguesa y papa frita, está Javier, sentado muy cómodamente en una de las mesas, disfrutando de sus sandwiches y su botella de agua. Pic-nic de lujo. Pasaban los fulanos del lugar y me miraban con cara rara. Yo, inmutable.

Alquilamos las bicis y partimos. Con rumbo incierto, siguiendo por momentos a uno, por momentos a otros, iba la caravana. De vez en cuando frenábamos, sacábamos un mapa, seguíamos.

Pasamos por muchos campos con tulipanes, pero todos con las plantitas recién emergiendo de la tierra. Sólo en algunos lados se vislumbaba un atizbo de color. Lo que sí abundaba, eran unas flores amarillas con forma de estrella, que se ve que son más precoces. No esperen que tenga la más mínima idea de cómo se llaman. Dadas las circunstancias, el convoy decidió enfilar hacia el mar.

En el interín salió el sol. El cielo se despejó por completo, sin dejar una sola nube a la vista.

35 km después de partir de la estación y dar varias vueltas, llegamos a lo que sería el punto más lejano de nuestra pequeña aventura. Ahí comenzamos el retorno a lo largo de la línea costera, hacia el sur.

En total, anduvimos casi 50 km por las rutas holandesas, las que disponen de carriles separados para recorrerlas en bici. Las gambas y el cu... mejor ni les cuento cómo quedaron.

Llegamos a Leiden alrededor de las 6. Devolvimos las bicis, nos clavamos unas birringas (biertjes, en holandés) en un bar, las que seguimos de un respetable pedazo de carne en un restorán argentino. Para mi sorpresa, holanda está lleno de restaurants argentos, y según me han informado fuentes fidedignas, están de antes del desembarco de la Máxima por estas tierras.

Con qué acompañé la carne? Con un tintito por supuesto, pero de la casa y traído en jarrita, porque sino mis finanzas iban a recibir un golpe importante. Marche un "Lady Jane" especial. Después, una renovadora siestita en el tren.

Domingo
Finalmente llegó el gran día, el que había estado esperando hace tiempo, y todo indicaba que esta vez, el partido no se iba a suspender. Amaneció con sol, pero acá nunca se sabe lo que vaya a pasar en la próxima media hora, por lo que no se puede dar nada por sentado en cuanto a clima respecte.

Empecé de titular. Segunda Línea (mi puesto de toda la vida, generalmente ocupado por los más altos, torpes y menos habilidosos jugadores de cada equipo). Durante el pre-calentamiento empezó a llover. Muy leve, nada que impidiera que jugáramos.

Mi equipo es bastante choto, hay muy poca experiencia en general, y se nota mucho. Yo con mis pocas habilidades (quienes me conocen en este ámbito saben que no soy ningún virtuoso), y mi paupérrimo estado físico, logré destacarme. Claro, recibí una pelota en una salida, puse un par de buenos tackles y no se me cayó la pelota las veces que fui a chocar. Condiciones elementales, necesarias para empezar a considerarse un jugador de rugby en cualquier lado del mundo, pero que acá (en mi equipo y en la liga en al que estamos) son cualidades destacables.

Mi debut fue con el pie derecho. Si bien perdimos, y no honrosamente, hice mi primer try en Holanda. Estaban todos chochos. Tanto, que cuando iban a hacer un cambio para que entrara otro segunda línea por mí en el segundo tiempo, el capitán me preguntó si me la bancaba de Full Back. FULL BACK!!!!!!! Quizá algunos entiendan lo que significa esto, pero para la mayoría de los que lean esto, es uno de los puestos de mayor responsabilidad dentro de la cancha. Es quien suele quedar como última línea de defensa, tener muy buen tacke, muy buena patada, y mucha velocidad. No es para menospreciarme, pero nunca sobresalí en ninguna de estas cualidades.

Se lo expresé a los muchachos. Me preguntaron si quería jugar de segundo centro. Esta vez acepté. Fue mi primera vez en la línea (los que corren y hacen los tries, a quienes miran las chicas), siempre jugué de forward (los gordos que empujan, se golpean, hacen el laburo sucio). Mi actuación fue más que aceptable. No erré tackles, no hice cagadas.

Los últimos 5 minutos los pasé fuera de la cancha. Un calambre me impidió seguir, pero no me quitó la satisfacción de haber jugado, hecho un try y debutado de centro. Demasiadas emociones juntas.

Hoy a las 4 de la tarde salgo de gira con los muchachos, por semana santa (que acá es del viernes al lunes). Dónde, es un misterio todavía. Un comité organizó el viaje, el resto sólo sabe el punto y hora de salida.

Seguramente haya más fotos e historias el lunes a la noche, cuando aparezcamos nuevamente por Eindhoven, espero que en una pieza.

viernes, abril 07, 2006

Total Incertidumbre

Hace un mes que estoy por estos lados. Un mes que estoy dando vueltas con esto del rugby, y que no puedo ver ni jugar un partido de mi nuevo equipo.

Es verdad que llueve bastante, que el suelo no se seca y está en un constante estado pastoso. También es verdad que no hay cancha que aguante un partido en esas condiciones, sin quedar destrozada. Pero eso nunca fue problema en ninguno de los clubes en los que jugué, salvo que la cancha sea, literalmente, una pileta y el agua tape la pelota.

Pero claro, todos esos clubes tenían cancha propia, y decidían sobre su uso y abuso. La situación acá es diferente. La cancha que usamos cuando jugamos de local (si es que alguna lleguemos a hacerlo), no es siquiera de la universidad. La facu se la alquila a un club que queda cerca. Pero la cancha que se alquila no es de rugby con todas las letras. Es una cancha de fútbol, a cuyos arcos se le adicionaron dos postes más altos, que hacen las veces de las tradicionales haches de rugby. Y como toda cancha de fútbol, tiene estándares más exigentes a cumplir que una de rugby, y si se la llenamos de pozos y desniveles, a los muchachos futbolistas no les gusta nada.

Así que estamos a la buena de, no sólo el clima, sino también de la manga de mariconazos futboleros que deciden si nos dejan o no jugar.

De lo primero, tengo un pronóstico no del todo favorable. Parece que el domingo cae en una especie de sandwich lluvístico. Si llueve mucho el sábado, estamos sonados.



De lo segundo, nunca se sabe. Crucemos los dedos.

Por lo pronto, mañana sábado hay planes para una salida grupal con la gente del programa. Bueno, la gente internacional del programa, porque los holandeses no se coparon. La idea es ir a conocer unos campos de tulipanes y demás flores, cerca de Amsterdam, que se llaman Keukenhof. Pinta bici, botellita de agua, sandwichito... y se armó el pic-nic multicultural. Esperemos que la lluvia no nos pase el plan por agua.

Si todo sale bien, habrá noticias interesantes de ambos días. Sino, no tendré más que contar que cómo me quedé en casa y planché la pila de ropa que me espera en el tender. QUÉ GARRÓN!!!!!

domingo, abril 02, 2006

El clima me tiene de hijo

Es domingo. Ya no llueve.

Hoy estaba programado mi primer partido de rugby con la famosa (aunque no muy numerosa)banda conocida como "Los Elefantes". La cita era a las 11:50 am, en la estación central de Eindhoven. Me desperté a las 10, miré un rato de tele, me preparé el bolso, comí algo. Y faltando 15 minutos para la hora convenida, partí bajo una lluvia no demasiado copiosa. Debo reconocer que, habiéndose cancelado los últimos partidos por razones climáticas, tuve mis sospechas sobre la realización del encuentro de hoy.

¿Qué podrían esperar que encontrara cuando llegué a la estación? Por supuesto, no había nadie. Puta! no me habré confundido? No sería a las 12:50? Es que como el horario me lo habían dicho mientras compartíamos nuestra ya no sé qué número de cerveza, cabía lugar a dudas.

Después de unos minutos cae el capitán, Roger. "Ah, Javier... well.... la cancha en Rotterdam parece una pileta, se reprogamó el partido, y lo jugamos de local en nuestra cancha, 16:00 hrs".
Como no tenían mi tel, no tenían otra forma de avisarme.

En eso cae otro colgado y le comunican las nuevas.

Perfecto, dije yo. Mejor. En una de esas se prendan mis amigotes de la facu para irme a ver, y de paso consagrar mi gran momento con alguna foto, que obviamente estaba destinada a ocupar un espacio acá.

Volvemos caminando para casa (Roger vive a un par de cuadras). Suena su celu... Atiende... "NOOOOO!!!" se lo escucha decir (aunque en holandés claro está).

Nuestra cancha también está inundada. Se suspende el partido. Hace lo propio e inicia la cadena telefónica para avisarle al resto.

Seguimos caminando para casa. Ahora un tanto cabizbajos.

No hay más remedio que esperar hasta el domingo que viene.